domingo, 25 de abril de 2010

Máxima Seguridad


Antes de comenzar con el desarrollo de esta entrada quiero destacar el libro Los números primos - Un largo camino al infinito de Enrique Gracián. Se trata de un libro que forma parte de la colección El mundo es matemático de RBA Coleccionables. Supongo que estará disponible en cualquier librería tipo Casa del Libro o similar. De los tres ejemplares que llevo leídos, éste es sin duda el que más me ha llamado la atención: está muy bien estructurado, con explicaciones claras sobre problemas complicados, referencias a los más grandes exponentes sobre la materia, curiosidades, anécdotas... Espero que los siguientes ejemplares de la colección estén a la altura de éste (cosa que veo difícil), pero en cualquier caso, si te gustan las matemáticas, es una colección que no puedo dejar de recomendar.

Obviamente, el contenido de este post lo encontré en el libro arriba citado. Se trata de un post corto que simplemente publico a modo de curiosidad y porque me llamó mucho la atención.

Una vez dicho todo esto, metámonos en materia.

A día de hoy gran parte de las comunicaciones se hacen a través de internet. Todo el mundo sabe que la información no se transmite tal cual por la red, sino que precisa de diferentes sistemas de encriptación. Uno de los algoritmos que actualmente se usan para encriptar la información se basa en números primos extremadamente grandes (algoritmo RSA). Estos gigantescos números no son de ninguna de las maneras fáciles de encontrar. Existen diferentes empresas que se encargan de obtenerlos para posteriormente fabricar programas de encriptación y venderlos.

El gobierno de Estados Unidos sólo permite el uso de determimadas claves criptográficas en su territorio y en Canadá. Fuera de sus fronteras no se autoriza su venta (a no ser que sea una entidad financiera) considerándolo incluso como tráfico de armas. Las empresas que se dedican a la fabricación de los programas de encriptación almacenan las claves secretas en "pastillas" con unos sofisticados sistemas de seguridad. Si se abren, cuando entran en contacto con el oxígeno se solidifican en una masa informe; y si se intentan ver con rayos X, todo lo que hay escrito en ellas se convierte en ceros.

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